¿Qué ocurre con el Sendero Siniestro?

La de hoy es una entrada de las de «hacer amigos». Si te das por aludido/a, ¿Qué quieres que te diga? Lo que yo escribo es lo que pienso. Si te gusta bien, y si no te gusta tienes la «X» del navegador para dejar de leerme.

Hay quien dice que, últimamente, están saliendo muchos casos escandalosos en organizaciones de Mano Izquierda/LHP (hay uno muy reciente del que se puede saber claramente quien está implicado viendo quienes hablan y quienes guardan silencio), pero la verdad es que es casi el mismo porcentaje que los casos que suceden en las organizaciones de Mano Derecha/RHP. Lo que ocurre es que en el RHP las cosas ocurren y se solucionan más en el interín de las organizaciones y el LHP está lleno de bocachanclas que tienen que presumir de todo lo que hacen mientras se jactan de ello porque «son malotes y oscuros». No todo el mundo es así en el LHP, afortunadamente, pero sí hay un cierto porcentaje de gente que, en el fondo, tienen la autoestima más pequeña que el pene de un virus y, como suele suceder con los que son tímidos o con la autoestima baja, tienden a sobre compensarlo.

El mundo de la magia suele atraer a personalidades extremas, o muy complejas o muy simples, y eso se hace todavía más patente en el LHP. Y es también, la conjunción de ambas personalidades la que suele traer problemas de abusos (sean del tipo que sean, que a veces el abuso mental es igual de malo que el físico). Además, el LHP fomenta un tipo de trabajo en el que, si no se consigue y guarda un buen equilibrio mental, la persona va a acabar siendo un mayor desastre emocional del que ya era en un principio.

Y ese es el problema. Según lo que propugna el LHP, cualquier tipo de abuso o extorsión no debería poder plantearse ni desde el punto de la victima ni desde el del victimario, ya que es un sendero de empoderamiento personal y de discernimiento de límites. ¿Qué está ocurriendo entonces?

No es mi intención, con lo que voy a decir ahora, ser gatekeeper de nada, ni repartir carnets, es mi opinión (genial e inteligente según yo, seguramente falta de razón y presuntuosa según otros). No me importa ofender a nadie diciéndolo, pero tampoco me gusta que se me otorguen motivaciones que no tengo.

Está ocurriendo, a mi parecer, que por un lado se fomenta que los individuos con carencias o traumas se vean atraídos al LHP, y por otro que las organizaciones, por unos motivos u otros, no estén seleccionando bien a sus miembros.

¿Cuántas organizaciones de LHP hay que su máxima exposición pública sea de «oposición a algo»? ¿Es Sendero de la Mano Izquierda utilizar el luciferismo o satanismo como excusa para montar organizaciones políticas? Yo creo que no. ¿Es pertenecer al Sendero de la Mano Izquierda ser anticatólico? Pues no.

En realidad cualquier persona que se autoperciba o autodesigne como «anti-algo» es alguien con una seria carencia de personalidad. Las personas tienen que definirse por lo que son, o por lo que aspiran, por lo que querrían ser… pero ser anti-algo te hace dependiente de ese algo y de como evoluciona. Vives en la realidad de aquello a lo que te opones, no en la tuya. Para un anti-algo todo será un síntoma de ese algo a lo que se opone; siempre verá las cosas con la mirada enturbiada por la sospecha de aquello a lo que se opone.

Y eso pasa con un buen número de organizaciones LHP, que usan el catolicismo para oponerse a él y usan su simbología, o la de sus componentes negativos, para autodefinirse y para trabajar. Eso atrae a desencantados, no a gente que busca trabajar en su desarrollo interno. Cambiar la adoración a Dios por la adoración al Diablo (en sus distintas versiones) no soluciona nada, sigues siendo un jodido seguidor en lugar de alguien que busca su empoderamiento, lo único que has cambiado una deidad por otra (eso sí, más oscura para que te puedas sentir más malote y bla, bla, bla),

Voy a dar un ejemplo que me toca las narices bastante y que, por tanto, siempre cambio en los rituales: usar la palabra «impío». Aparece multitud de veces en cosas como: «hazte presente en este rito impío», «en este impío altar», etc, etc. Incluso un autor con el que he hablado alguna vez que otra, y por el que siento el máximo respeto, lo usa. Joder, ¿por qué impío? Para mi es un acto mágico en mi desarrollo, o un acto que considero sacro porque estoy estableciendo un contacto con una entidad y va a haber un intercambio que me ayude (espiritual o materialmente), y me doy cuenta de que ese acto o ritual sólo podrían considerarse impíos desde un punto de vista del Sendero de la Mano Derecha, sobre todo desde el punto de vista cristiano. ¿Porqué narices tengo que denominar mi ritual desde un punto de vista cristiano? Además, yo estoy excomulgado por motivos que casi nadie de las personas a quienes se las contase se creería, ¿Qué me vas a contar sobre impiedades?

Lo mismo pasa con las evocaciones que están llenas de cosas del estilo «oh, zorra no se qué, puta sagrada no se cuantos, que tu infecta energía bla, bla, bla». ¿A qué cojones viene eso? Que una entidad femenina desprenda una energía de lujuria y salvajismo, que represente una zona oscura de nuestro ser, o que tenga comportamientos libidinosos sólo implica eso. Llamarla zorra o puta, o lo que sea, implica dos cosas: la primera que nuevamente estamos juzgando un comportamiento o simbolismo desde el punto de vista del RHP y, segundo, que estamos teniendo una visión un poco machista de la situación. Que sí, que también se «insulta» a las entidades masculinas (a algunas solamente, y muy de aquella manera), pero si lo examinas no es el mismo tratamiento ni de lejos.

Por otro lado se busca y favorece el empoderamiento (lo cual es bueno) pero por otro lado da la impresión que algunas veces se busca y se fuerza a la persona a que rompa tabús y a que salga de su zona de confort por norma. Y eso no debería ser así. Por supuesto que transitar el LHP conlleva salir de tu zona cómoda y transgredir cosas que considerabas tabú. Pero es cada persona quien debe decidir cuando hacerlo y como hacerlo. Por eso surgen problemas de abusos mentales y, sobre todo sexuales, cuando el malote oscurito (o la malota oscurita, que también las hay en abundancia) se aprovecha de la desorientación de otras personas para hacerles pensar que es su obligación romper determinados tabús cuando le viene bien a quien, en ese momento, ostenta una posición de actuar sobre el comportamiento de las personas. A menudo implicando una bajada de ropa interior.

Y no menos importante está la confusión, que no suele resolverse bien, de la utilización del término «Adversario» o de la figura de Lucifer. Una figura adversarial no busca la destrucción de lo que no es como ella sólo porque sí. Una figura adversarial no busca simplemente oponerse a lo que era antes. Se está banalizando la idea adversarial, la del Luciferismo, y se está dejando que se debilite en expresiones tontunas como levantar los cuernos al despedirse o cosas parecidas (la mano con los cuernos es una figura protectora, tanto en el folklore clásico como mudra, el Karana Mudra, en este caso, y si quieres investigar el origen del gesto acabarás llegando a la abuela de Ronnie Dio y te darás cuenta de lo poco satánico que es).

Junta todos esos errores y encontrarás el caldo de cultivo para que el LHP sea, en buena parte, el refugio de gente que busca ser activista política (pero oscurito/a), o compensar sus carencias con «soy malote y oscuro». Pues no payaso/a, no eres malo ni oscuro, eres alguien peligroso porque seguro que eres alguien con tendencias abusadoras y/o autodestructivas. La gente que de verdad es oscura y peligrosa no lo anuncia, es gente que cuando lo descubres ya es demasiado tarde.

Y nada más por hoy. Tras esto me retiro a mi cueva de nuevo.

Que tu viaje sea largo y extraño.

Alauzlel

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